Monday, December 19, 2005

Democracia Cristiana:¿Partido Doctrinario o Partido Instrumental?

Democracia Cristiana:

¿Partido Doctrinario o Partido Instrumental?

Chile ha lamentado el deceso de grandes hombres de la política nacional. Partieron recientemente el hermano Bernardo y don Rafael Agustín Gumucio, fundadores ambos de la Falange Nacional, dejando tras de sí un gran vacío. Porque fueron jóvenes católicos que fundamentados en el compromiso por la justicia social levantaron las banderas del cambio, alcanzando el gobierno en 1964, con Eduardo Frei Montalva, como primera fuerza nacional, con las consignas de la Patria Joven inflamando los espíritus.

La Democracia Cristiana fue fundada a la luz inspiradora de las encíclicas papales. Fue siempre, por esencia un partido de principios, un partido doctrinario.

Cuando se observa la política nacional actual, se echa de menos esa mística de otrora, esa voluntad de imprimirle a la vida cívica un norte de principios morales, en donde el político entraba y salía del cargo público por sus méritos reales, y lo hacía tal como había ingresado a él, sin que se hubiese enriquecido en su ejercicio.

Quizás haya sido la corrosión que produce el poder o el hecho de que se subieran al carro de la victoria, personas oportunistas que jamás se comprometieron con los principios o la defensa de la democracia y las libertades cívicas. El tema es que se fue abandonando en el seno partidario la discusión enriquecedora y se construyeron grupos en torno a caudillos, con un estilo de relación que se alejaba cada vez más de los principios fundacionales. El hecho es hoy que la Democracia Cristiana se presenta con una débil propuesta ante la realidad de ser gobierno y conducir la modernización. Por lo menos, al interior del partido ya no existe la discusión por ideas, existen sólo las alianzas que apuntan a mantener el poder.

En un peligroso relativismo ético, la lealtad con los principios humanistas, se confunde con cofradías e incondicionalidades en torno a personeros. Por ejemplo, ha faltado energía y decisión para suspender, al menos, la militancia de quienes han aparecido relacionados con actos corruptos. En el mapa de la corrupción hay implicados de diversas tiendas, pero los tribunales de disciplina de la DC debieran someter a sumarios internos a los militantes que hayan prevaricado del cargo. Pero no, pese a haber juicios en trámite e investigaciones de la Cámara de Diputados o la Contraloría General de la República, dentro del Partido todo sigue como si nada... “no se oye, padre”.

Se ha llegado así, lastimosamente, a una suerte de “partido instrumental” que sirve eficazmente para mantener poder, pero que se aleja cada vez más de los roles que soñaron sus fundadores, en circunstancias que el proceso de modernización exige claridad de principios y, por sobre todo, transparencia. Es la única forma de dar respuestas adecuadas a lo que exige hoy la sociedad y que la Democracia Cristiana debiera generar como instancia de pensamiento nacional, para ser legítima alternativa de la civilidad.

febrero 1996, La Estrella de Valparaíso

No comments: