Wednesday, January 04, 2006

Concesiones y Corrupción.

Concesiones y Corrupción.

Hernán Narbona Véliz

narbonaveliz@ yahoo.com

Las obras públicas en concesión no son algo esotérico que requiera eminencias grises ni que se inventen “funciones críticas”. Los ingenieros civiles chilenos están preparados para planificar obras públicas, definirlas hasta la ingeniería de detalle y para organizar correctamente un sistema de contratos de concesión. El hecho de entregar una obra y cofinanciarla con un contratista – que puede cobrar peajes por un tiempo convenido- es una forma contractual recomendada por el Banco Mundial para complementar esfuerzos públicos y privados. Sólo se requiere para esto que exista transparencia y rigor técnico en los procesos de licitación internacional.

En el caso de los escándalos del MOP, las obras pudieron realizarse a costos reales, pero se los distorsionó al inventarse un sistema de sobreprecios que sacaba fondos del presupuesto público, para que retornaran de manera disfrazada, bajo la forma de honorarios a los propios funcionarios que manejaban las concesiones, por supuestos servicios prestados en horarios no laborables a una empresa consultora que realizaba la triangulación.

Lo legal es que un funcionario público tiene una función que cumplir y una definición funcional. Por lo tanto, nada justifica que reciba sobresueldos por la misma labor para la cual se le contrató. Peor aún es la trenza de intereses que surge cuando quien debe preparar los pliegos de una obra y supervisar su ejecución, se prende al negocio del contratista o concesionario, ya que esto pone en alto riesgo la calidad de las obras y genera un tejado de vidrio para todos los involucrados.

En el caso MOP se está frente a una organizada máquina basada en pactos de silencio y que han tratado de justificarse como si la materia de su trabajo exigiera competencias tan sofisticadas que nadie más pudiera cumplirlas. Para corregir de fondo estas situaciones, lo procedente sería que quienes resulten culpables de delitos en las causas que lleva la Justicia, sean removidos del servicio público y reemplazados en un Concurso Público por nuevos funcionarios, los cuales tendrían las manos limpias y cubrirían las competencias de rigor para atender estas funciones. Basta pensar la cantidad de profesionales que esperan una oportunidad para inferir que una limpieza radical es posible y saludable para la credibilidad y la transparencia del Ministerio de Obras Públicas de aquí para adelante.

Las concesiones corresponden a un estilo moderno de gestión pública en donde se supone que el contratista seleccionado mediante una licitación internacional, se compromete a aportar el capital de trabajo o la tecnología necesarios para la realización de un proyecto, teniendo como contrapartida el derecho a explotar la obra a tarifados previamente acordados, durante un tiempo determinado. Son los contratos BOT (Build, Operate and Transfer), que permiten dinamizar obras de infraestructura con la captación de inversionistas privados. El asunto es que esto debe hacerse mediante licitaciones públicas que sean totalmente transparentes. Un aspecto que se transgredió cuando un grupo de contratistas se puso de acuerdo con las autoridades del Ministerio de Obras Públicas para repartirse el mercado, a cambio de entrar en un sistema de sobrevaloración de contratos y triangulación de fondos.

La situación que vive el gobierno es jurídica y políticamente insostenible. Ofende además a la inteligencia de la gente señalar como se ha hecho que sin este sistema Chile no habría tenido crecimiento de infraestructura. Sí lo habría tenido y en términos más económicos y seguros. Las investigaciones judiciales han descubierto una forma de trabajo que rompía con los principios de probidad administrativa, que desviaba fondos públicos y generaba colusión de intereses entre agentes públicos y privados. Esto, por donde se le mire, es corrupción. Las grandes obras públicas del gobierno concertacionista pudieron cumplirse igual, a menor costo y con una fiscalización y controles confiables, si no hubiesen existido sobreprecios y si los funcionarios encargados de su ejecución, regulación y fiscalización hubiesen mantenido su independencia, sin entrar en negociaciones impropias, que les significaron mantener intereses personales en las obras y contratos en los que les tocaba intervenir.

No se puede dejar que esto se borre por un acuerdo cupular. La ciudadanía debe levantar banderas anticorrupción y reaccionar con fuerza cívica. Pese a la frustración que deja el haber votado por la recuperación de la democracia y de los valores republicanos y comprobar esta defraudación moral, es preciso buscar soluciones. No rasgamos vestiduras con oportunismo, porque hemos sido persistentes desde el comienzo de los escándalos de corrupción en denunciarlos y marcar caminos éticos para la gestión pública.

Insisto finalmente en algo clave: es necesario que se procese a quien corresponda y que de acuerdo al Estatuto Administrativo y la Ley de Probidad se sancione a los culpables, yendo al recambio de los especialistas por profesionales dispuestos a manejar los proyectos como se debe. Lamentablemente, no existe aún la Defensoría Ciudadana que pudiera exigir auditorías de los contratos que se manejaron en las cajas negras y que últimamente han sido secretos del sumario. Pero cuando hablamos de sanción, la misma debe alcanzar también a los privados que actuaron estafando al Estado, los que nunca más debieran participar en contratación pública, así cambien de RUT o se escondan en otras razones sociales. Es lo mínimo que el sentido común reclama para borrar esta etapa negra para el Estado chileno.

10-may-03

Banca y Crisis: los errores se pagan

Banca y Crisis: los errores se pagan

Hernán Narbona Véliz

hnarbona@centronegocios.cl

Si mi abuela tenía razón en algo, es que todo se paga en este mundo. La gente le pasará la factura a esa banca que abusó o pecó de omisión cuando más se la necesitaba. “Bancolchón” puede ser la respuesta...

Durante la crisis, sólo en el 2001 la banca chilena ha obtenido una rentabilidad de 18%, pero el origen de esos gananciales ha sido la situación de morosidad y sobreendeudamiento de cientos de miles de clientes que han sido exprimidos hasta el último centavo, mediante cargos por sobregiros, intereses en mora, cobranzas, aclaraciones, remates, costas judiciales, suma y sigue.

Pero esa misma banca se ha resistido y ha frenado la aplicación de intereses por las cuentas corrientes; es la misma banca que otorga créditos sólo si el interesado demuestra que no los necesita.

Pero todo esto hoy, está en vías de convertirse en un búmerang que terminará golpeando a esas empresas bancarias que han marcado pautas para que sus ejecutivos de cuenta cumplan metas para bajar morosidad y aumentar rentabilidad, lo que ha significado muchos descriterios. Porque, actuando con un mecanicismo absurdo, esos ejecutivos en vez de apoyar soluciones para sus clientes, han ido ejerciendo sobre ellos presiones descomedidas o aplicando tratos directamente impropios, en una relación descomedida que olvida que es ese cliente el que paga el sueldo del prepotente empleado bancario.

Se extiende en la economía la reacción de la gente que, refrescando la memoria, recuerda que cada una de las empresas bancarias que hoy existen, se fusionan y realizan campañas para reposicionar su imagen, se recuperaron gracias a los dineros de todos los chilenos; que en la crisis del 82 el gobierno militar les concedió subsidios por 5 mil millones de dólares, que no tuvieron plazo para la devolución de tales ayudas del Banco Central y que hasta la fecha algunas todavía mantienen deuda subordinada garantizada con acciones ante el Banco Central. Toda esta ingeniería financiera, inaceptable en un sistema democrático, favoreció a esta banca que hoy, lejos de devolver la mano a los chilenos, ha hecho de la crisis el más pingüe negocio.

Sin embargo, creo que la banca se ha equivocado, ha actuado con visión cortoplacista, “pan para hoy, hambre para mañana”. Porque más allá de los guarismos positivos en sus balances corporativos, ha perdido una oportunidad de aportar con innovación a una situación económica recesiva. No tuvo la capacidad de asumir riesgos y así incubar proyectos nuevos. En el estilo normal de los bancos, incluyendo el del Estado, se aplican estándares o razones financieras sin contextualizar en profundidad la realidad de los usuarios. Por ello se margina al cliente de ingresos inseguros, con lo cual los trabajadores por cuenta propia, los comerciantes, los empresarios pequeños y medianos – todos los cuales no están con sueldo fijo sino que deben construir día a día sus proyectos de negocios – no son considerados como buenos clientes. Se ha visto casos en donde el empresario tiene el mercado, tiene un pedido en firme y con ofrecimiento de pago bancario seguro, pero el banco no le financia por falta de “garantías suficientes” o porque , en algún momento de la vida empresarial, tuvo un protesto que le pesará como un estigma por más de tres años.

Este estilo de banca es la contradicción misma del concepto moderno de banca de negocios, que promueve proyectos, que revisa su cartera de clientes y les ofrece soluciones para exportar, para invertir, para nuevos proyectos. Es la visión que presume buena fe y que es diferente a la percepción que aplican los bancos locales frente a sus clientes, ya que éstos deben demostrar su inocencia porque a priori todos son vistos como riesgo. Sólo en las películas del farwest está esa imagen del banquero que se la juega, cree en la palabra y le presta al pionero que va a conquistar nuevas riquezas. Con los banqueros locales Colón todavía andaría haciendo colectas. Por eso entró con fuerzas a Chile la banca española, porque trajo innovación, trajo un sistema de negocios diferente. Aparecieron opciones que a los de acá no se les había ocurrido, como los créditos hipotecarios de libre disposición. La banca local, burocratizada y conservadora no concebía la hipoteca sino como operación para compraventa de inmuebles. Fue la sana competencia la que trajo cambios en la oferta de productos bancarios, pero no porque los de acá hayan sido creativos.

Las cifras sobre repactaciones PYMEs y el mantenimiento absurdo del DICOM histórico que margina a millones de personas y empresas del crédito, demuestran la escasa energía que ha aportado la banca a la reactivación. La experiencia ha demostrado que los más pobres son los que mejor pagan y representan un riesgo diversificado, que no se compara con lo que significa colocar recursos en grandes empresas. Si las energéticas en Argentina han perdido 31 millones de dólares, Falabella casi 9 millones, estas cifras son importantes para cualquier banco. ¿Cuántos clientes PYME se podrían atender con los 65 millones de dólares que han perdido las empresas chilenas en Argentina? Si se promediara un apoyo de 20 mil dólares , se llegaría con ayuda a 1300 pequeñas firmas. Esas son las proporciones. Por ahí pasa el Plan de Reactivación que discuten las cúpulas empresariales y las autoridades de gobierno.

La gente no tiene una buena apreciación de la banca. Ya pasó el espejismo de las tarjetas de crédito y las personas tratan de eliminarlas ya que les significan sangrías de difícil control. La austeridad significa eludir el crédito de financieras, de las grandes tiendas. Hay un elemento subliminal y es el famoso “corralito” argentino que demuestra una situación quizás lejana, pero no improbable. Allí se vio caravanas de coches blindados llevándose los dólares al aeropuerto. Allá se ha visto la impotencia del ahorrista que ve esfumarse su dinero sin que nadie responda. De allí que, por las duras experiencias propias o ajenas, cada día son más las personas que prefieren guardar sus ahorros en el colchón de su pieza, manejarse de contado y evitar todo lo que sea créditos y deudas, para poder dormir tranquilos.

Lo que señalo no es una mera especulación. Se perciben aires diferentes en la comunidad organizada. Se está difundiendo el “compre juntos” en donde se hace una vaca y se va directamente a las bodegas mayoristas, a los mercados, evitándose los recargos de intermediarios. También se va extendiendo el “trueque solidario” una especie de feria popular de cambalache que es un poco esnobista en Chile, pero que en Argentina ha sido herramienta de sobrevivencia. Están las campañas de firmas y las peticiones a los parlamentarios de asociaciones cívicas que buscan eliminar el Dicom histórico y hacer cumplir las leyes de protección al consumidor. La gente literalmente se cansó y difícilmente volverá a confiar en un sistema financiero que agudizó su situación de quebranto. Si Bancolchón hiciese campañas publicitarias se convertiría en un banco popular por excelencia. Con Bancolchón se tiene la seguridad de poder comprar con buenos descuentos, no hay que tolerar a ejecutivos groseros y no hay posibilidades de “corralitos”.

lunes, 11 de febrero de 2002

El lavado de dinero

El lavado de dinero

Hernán Narbona Véliz

hnarbona@yahoo.com

27. Nov.2004

El secreto bancario fue hasta hace poco, el resorte que la banca utilizó para excusarse de entregar al Estado información valiosa sobre flujos de dinero de dudoso origen. Los dictadores, los asesinos o sicarios a sueldo, el crimen organizado en su conjunto, se vestían de punta en blanco para la etapa culminante de su actividad delictual: el lavado de dinero. Los elegantes resorts de los paraísos fiscales juntaban a banqueros inescrupulosos, capos mafiosos y asesores yuppies, de cuello y corbata, en un brindis demoníaco.

Se podría decir que el lavado de dinero constituye la culminación de una serie concatenada de delitos, la etapa fina, inteligente, en donde los dineros sucios, mediante ingeniería financiera, tratan de introducirse a la economía. Es el proceso de esconder o disfrazar la existencia, fuente ilegal, movimiento, destino o uso ilegal de bienes o fondos, producto de actividades ilegales para hacerlos aparentar legítimos. En general, este delito involucra la ubicación de fondos en el sistema financiero, la realización de transacciones para disfrazar el origen, propiedad y ubicación de los fondos, y la integración de los fondos en la sociedad en la forma de bienes que tienen la apariencia de legitimidad.

Aprendiendo la lección de Al Capone, que cayera por evasión tributaria, las modernas mafias son adictas al pago de impuestos, ya que con ello sienten que regularizan sus activos monetarios. Cuando se observa en una economía el surgimiento de nuevos ricos - la clase emergente como los llamaban en Colombia- es obvio sospechar que detrás de grotescas mansiones, edificios de lujo asiático, que permanecían desocupados, están los gigantescos ingresos del narcotráfico y demás delitos conexos. El delito actual es transversal, con mafias en diversos hemisferios, que actúan en forma diversificada en los narcóticos, la trata de blancas, el secuestro o asesinato por encargo, la pornografía, la pedofilia, el tráfico de esclavos, la trata de blancas, el tráfico de órganos. Una cadena delictual que pasa a engrosar con sus enormes ganancias, los flujos monetarios de los mercados de capitales, siendo los clientes preferidos de los paraísos fiscales, puntos especializados en triangular activos, cubriendo con la excusa del mentado secreto bancario, la identidad de los depositantes.

Afortunadamente, en Chile por ley 19.913, D.O. 18 de diciembre de 2003, ha sido creada la Unidad de Análisis Financiero (UAF), Servicio Público autónomo que se relaciona con el presidente de la República por medio del Ministro de Hacienda, con el objeto de prevenir la utilización del sistema financiero y de otros sectores de la actividad económica, para la comisión de los delitos de lavado de dinero y de asociación ilícita para el lavado de dinero.

Esta Unidad tiene como misión recopilar antecedentes que permitan detectar operaciones sospechosas para luego canalizarlas al Ministerio Público. Al mismo tiempo, traslada de la ley Nº 19.366, que sanciona el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y sicotrópicas, los delitos de lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas y de asociación ilícita para el lavado de dinero, y se agregan los delitos de lavado o asociación ilícita para lavar dinero, proveniente de delitos terroristas, tráfico ilícito de armas, el involucrar a menores en pornografía, facilitación de la prostitución infantil y trata de blancas.

Próximamente los pasajeros que arriben al país deberán declarar en la Aduana si portan en dinero o valores una suma igual o superior a los 10 mil dólares. Los bancos, las casas de cambio, las firmas que realizan transferencias de dinero, las firmas de leasing financiero, deberán reportar a la Unidad de Análisis Financiero cualquier remesa u operación sospechosa. De esta forma, cuando se genera una inteligencia económico-financiera, se pueden tipificar situaciones de riesgo para la sociedad. Por ejemplo, existe experiencia internacional que muestra que se disfraza dinero sucio bajo la forma de ayuda familiar, en envíos de pequeño monto, a cientos de personas que sirven de palos blancos para ingresar dineros, en lo que sería la etapa primaria de una operación de lavado. Las operaciones financieras con empresas de fachada son palabras mayores, ya que implican disfrazar el dinero sucio como inversiones directas, que normalmente subvaloran activos o inventarios, para justificar luego ganancias mayores, que ayudan a blanquear el circulante producto de ilícitos. Detectar este tipo de maniobras, requiere de investigaciones mucho más especializadas.

Que la sociedad se proteja de este flagelo es muy importante. Las redes de las mafias son innovadoras y van corroyendo el sistema político y social. La inteligencia delictual es creciente y dotada de óptimos recursos, lo cual les permite adelantarse a las fuerzas policiales en sus investigaciones. La permeabilidad del sistema político a la influencia soterrada de las mafias significa el alto riesgo de que puedan financiar campañas a cambio de favores políticos o bien enquistar en la clase política personas ligadas a sus intereses. La extorsión a políticos corruptos es otra llave para servir a sus intereses. Y, por cierto, su principal recurso es el terror y el asesinato, lo cual puede sumir a la sociedad en una indefensión permanente.


La cercana evidencia del dictador, que se ufanaba de que no se movía en Chile una hoja sin que él lo supiera, nos muestra las turbias maniobras realizadas en la permisiva banca internacional, para esconder su enriquecimiento ilícito. Esta situación que, aunque lo amerita, no está novelada aún, nos debe hacer pensar en los flancos débiles de nuestro sistema democrático, para asumir como tarea de Estado la erradicación de las mafias que corroen cual termitas nuestra sociedad.

Responso por la prensa independiente

Responso por la prensa independiente

Gran Valparaíso es uno de los valientes proyectos periodísticos independientes que no ha claudicado y se mantiene en el ciberespacio como un baluarte. Desde esta tribuna, una reflexión y un alerta ante los monopolios que controlan los medios de comunicación y quieren moldear a las generaciones futuras en la cultura chatarra.

(19/04/03)
CUANDO ESCRIBO ESTA crónica debo, como comunicador social, lamentar que hayan desaparecido, en breve tiempo, dos medios de comunicación que permitían amplios espacios para la presentación de enfoques multifacéticos de la realidad. Me refiero a Primera Línea, tribuna electrónica de amplio espectro ideológico, que había alcanzado una gran acogida en la comunidad nacional y que el diario La Nación decidió cortar de manera incomprensible. La segunda pérdida ha sido el diario local El Expreso de Viña del Mar, que había alcanzado una gran venta, pero enfrentó intempestivamente una situación económica que se hizo insostenible cuando se le cortó la impresión del diario por parte de Copesa, firma que en principio iba a ser socia del proyecto local. En el Expreso permanentemente se pudo publicar tribunas y reportajes, que presentaban, sin censura, visiones controvertidas sobre la realidad nacional e internacional.

Esto me obliga a recordar el período en que luchábamos por la recuperación democrática y la gran mística con que participamos en la defensa del diario La Época, que vimos morir con mucho dolor. Lo propio pasó con las revistas Cauce, Análisis y Hoy. Una enorme inconsecuencia de los gobiernos de la Concertación fue su deslealtad con el periodismo independiente, con esas tribunas que se abrieron con riesgos de vida, aceptando exclusiones y persecuciones, y que al momento de llegar la Concertación al poder - quizás por esa irrupción de los funcionarios políticos "5 de octubre" - simplemente excluyeron del apoyo oficial. Se trató de no hacer olas, de no hacer nada que irritase a los grupos fácticos que habían participado en el régimen militar y por lo mismo se decidió de manera espuria, no apoyar con publicidad a los medios que fueron precisamente la plataforma para que los políticos concertacionistas llegaran al poder. Los criterios "pragmáticos" hicieron que la clase política en general, salvo particulares excepciones, se preocuparan más de congraciarse con el poder de la prensa oficial, que alentar proyectos independientes.

Tengo un homenaje pendiente para un gran profesor y fundador de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile de Valparaíso, el Periodista Gustavo Boye, que fue primero mi profesor y posteriormente editó mi poesía y mis artículos. Gustavo Boye, recientemente fallecido, dirigió la revista Cauce y fue quizás uno de los damnificados emblemáticos de esta cobarde política de la Concertación que comento. Gustavo Boye había abierto al final de los ochenta el periódico Nueva Voz, con el cual intentó proseguir en los noventa, como espacio de libre expresión y encuentro para las ideas democráticas regionales. Sin embargo, a él, al igual que a los medios ya mencionados, se le dio la espalda. Los alcaldes o los directivos de empresas públicas, preferían las páginas sociales mercuriales que los introducían en la nobleza citadina, satisfaciendo sus egos provincianos y sus arribismos de piojos resucitados, que poner propaganda en este tipo de publicaciones "conflictivas".

La publicidad es el oxigeno de los medios y los principales anunciadores son los organismos públicos. A los directorios de RPC, ESVAL o a las municipalidades, no les interesaba alentar prensa que pudiera criticar sus acciones, en los políticos el sino del poder es que se debe desalentar todo lo que no se puede controlar. Por eso talvez, esa publicidad siguió concentrada en las empresas periodísticas que dominan el mercado en un verdadero oligopolio periodístico. Incluso, en otra inconsistencia del tamaño de una catedral, se gestaron operaciones de crédito a través del propio Banco del Estado para ayudar a la concentración de la prensa, mientras iban desapareciendo poco a poco los medios que habían sido vanguardia democrática en el régimen militar.

Por ello, es lamentable que sigan desapareciendo esfuerzos serios de prensa libre, toda vez que el periodismo investigativo es el que permite controlar el funcionamiento de la cosa pública, impidiendo que cadenas nacionales que son propiedad de grupos de interés, puedan alevosamente promover campañas, tratando de crear opinión pública o llegando a atentar en contra de la integridad de personas o instituciones. Creo que es el caso que estamos en estos momentos observando frente al intento de Qué Pasa de afectar o dejar en tela de juicio la impecable imagen de la Ministra Michelle Bachelet, cuestión que puede tener intenciones perversas encubiertas. Frente a situaciones mediáticas, es decir noticias que se originan en la acción unilateral de la propia prensa, es preciso preguntarse ¿a quién sirve esta noticia? ¿Quiénes podrían estar interesados en deteriorar la imagen de esta Ministra?

La sociedad debe saber filtrar lo que recibe y saber aislar al periodismo de especulación, que carece de hechos comprobables, del periodismo investigativo, serio, contundente en evidencias. En el rol que debe jugar la prensa como pilar de un sistema democrático, es preciso que exista la capacidad de contrapesar este tipo de acciones con la réplica de una segunda opinión, que sea fruto de otras expresiones periodísticas que permitan, en definitiva, que las personas se forjen una opinión. Es la importancia de la prensa independiente, ya que es por medio de ella que podemos evitar los enormes riesgos de estas gigantescas maquinarias comunicacionales.

No fue para nada casual, en el repliegue de los grupos políticos que apoyaron y profitaron del régimen militar, que se hayan posicionado estratégicamente en los medios de comunicación, que hayan ido desapareciendo los medios locales, que las principales radioemisoras tradicionales hayan sido asfixiadas hasta desaparecer absorbidas por cadenas satelitales nacionales o extranjeras. No es casual que ahora estén idiotizando juventudes con el axé o los reality shows, que van consumiendo la atención de multitudes hacia una dimensión totalmente manipulable, que de paso deja un pingüe negocio a las empresas de telecomunicaciones. El fraude es confundir el voto telefónico en un show con el deber cívico de participar en la cosa pública. Peligrosa tendencia desestabilizadora para cualquier sistema democrático.

El poder del cuarto poder es evidentemente apreciado por la oposición, mientras que a los concertacionistas su debilidad de principios o su mediocridad, les hizo resignar espacios en este ámbito. Quizás pese más en ellos el paradigma del dinero y se hayan confiado en que obteniéndolo se podría montar una buena campaña electoral al uso del mercado, participando en un reality show o dándose vueltas de carnero en pelotas en un programa de concursos en la hora peak de la estupidez televisiva. Todo vale… y los principios son temas para los asesores que hacen los spots o los discursos, ojalá cortitos y sin muchas esdrújulas, porque cuesta leerlos.

El gran riesgo para una democracia representativa es que no existan opciones de libre información. El gran poder de los medios en una sociedad mediática ha marcado que lo que no se conoce no existe y por eso vemos que políticos y hombres públicos viven verdaderas teleseries, sobre expuestos a los medios y echando al trajín lo que antes era, por ejemplo, una cadena nacional de fuerte impacto. Es el caso del Presidente Lagos, diariamente preparado para dar alguna señal o mensaje por la tele, circulando, además, como comentarista de diversos programas de radio en algo que seguramente aprendió de su colega mexicano, Vicente Fox, de formación y procedencia cocacolera, es decir marquetera por excelencia. Es la dependencia enfermiza de las encuestas de opinión, que llevan a la paranoia de los políticos y hombre públicos en general, ya que viven como frente a un imaginario espejo, estudiando gestos y despilfarrando tiempo que deberían gastar en trabajo callado, de bajo perfil, pero productivo.

El asunto es que cuando se abusa de los medios de comunicación, la autoridad se echa al trajín. Se va gastando la imagen del presidente, del ministro o del parlamentario y el sano debate conceptual que debe nutrir la democracia, pasa a ser reemplazado por efectos comunicacionales, altamente riesgosos, en los que un resbalón puede ser una gran caída de la cual no te puedas levantar más.

Desde esta tribuna independiente, un saludo en su ciento un número a The Clinic, que simboliza actualmente en los medios escritos nacionales, este grito de rebeldía que desnuda la hipocresía e inconsistencia de la coalición gobernante, de la cual me preocupo porque voté por ella y siento sinceramente que mal invertí largos años de esfuerzo para que los sinvergüenzas que treparon al poder defraudaran al cincuenta por ciento de lo chilenos. O al 70% si contamos a los que, viendo esto, decidieron no inscribirse. Buena por The Clinic y pronta recuperación a los periodistas cesantes de los diarios desaparecidos.

Gladys, la mujer transparente

Gladys, la mujer transparente

Hernán Narbona Véliz

escritorhnv@gmail.com

06/03/05

No caben los obituarios para despedir a Gladys Marín. Todos los elogios están dichos. Los de sus fieles compañeros y los de sus detractores. El común denominador ha sido el rescate de su consecuencia, de su apasionada lucha por sus ideales, de su palabra certera, sin medias tintas, sin cálculos pragmáticos. Porque Gladys es transparencia, es traslúcida; vivió su liderazgo político en las peores circunstancias, cruzó las fronteras para el trabajo clandestino, viuda, tuvo que sacrificar el estar con sus hijos, para evitarles los horrores de las máquinas de la muerte; estuvo en las protestas, en la resistencia, se la jugó eludiendo los zarpazos de la bestia en retirada. Fue emblema, fue susurro de libertad, fue grito denunciante. Se ganó su sitial en esos momentos en que había que sacudir el miedo.

Fue voz de la tierra en esa etapa que muchos de los que hoy gobiernan vivieron a lo lejos, en el seguro asilo de los países europeos.

Gladys Marín se instala como un icono libertario en la historia política de Chile. Como se lo dije hace un par de meses atrás a una estudiante de periodismo, Gladys rebasa el ideario del Partido Comunista, porque fue quijotesca y nunca su espalda conoció de venias ante los poderosos. Por eso la admiración es multitudinaria y trasciende los marcos ideológicos, reflejando la voz contestataria en contra de un sistema excluyente articulado por poderes fácticos que, siendo conocidos, pocos se atreven a encarar. Gladys lo hizo y por eso las fuerzas progresistas ganan con ella un nuevo símbolo de heroísmo. Que no se queda en la doctrina comunista del siglo XX sino que cruza transversalmente las sensibilidades sociales de la post-modernidad, reclamando por la depredación ecológica y social que impone el sistema global.

Con distintos énfasis, desde diferentes visiones, la fuerza de Gladys Marín marca un desafío supra-ideológico por la paz, por la justicia, un no a la impunidad, una exigencia de ética pública, una convocatoria a construir una democracia real, participativa. Un hito de honestidad política, donde las ideas y los principios recuperan su espacio, ocupado por décadas, por la acción calculadora de las tecnocracias políticas.

Las cenizas de Gladys circularán como un mensaje de coherencia. Serán esparcidas en la tierra y el mar, el día de la Mujer. Demostrando que no es el dinero la llave para el poder. Que, legítimamente, se puede conquistar poder para las mejoras sociales a través de la integridad, mediante la consecuencia entre lo que se cree, lo que se dice y lo que se hace, respetando la diversidad. Aceptando la realidad de intereses contrapuestos, pero colocando, sobre la base de principios, claros límites a las fuerzas despiadadas del materialismo. Ella, que abrazó racionalmente el materialismo dialéctico, se eleva hoy como símbolo del espíritu, como ejemplo de transparencia. Gladys, la mujer, toda la mujer.