ADUANAS Y VERIFICADORAS
Las Aduanas tienen como una de sus funciones fundamentales la realización del Aforo Aduanero, operación que permite determinar la clasificación, el valor aduanero y el régimen aplicable a las mercancías en ocasión de su ingreso o salida de un país.
En América Latina se dan dos situaciones antagónicas frente al aforo. En Chile se cumple esta función internamente, a través de los fiscalizadores, teniendo como apoyo externo a los profesionales auxiliares, Agentes de Aduana, quienes, bajo licencia del Servicio, intermedian técnicamente presentando el pedido arancelario en la Declaración respectiva.
Otros países, como Ecuador por ejemplo, pretendiendo sanear la corrupción existente, entregaron la función de Aforo a las Verificadoras, organismos internacionales de control de calidad de importante presencia en el comercio internacional y que han tratado de ocupar este espacio que deja la ineficacia de las Aduanas. En Ecuador se eliminó a más de seiscientos funcionarios técnicos aduaneros. Es decir, se externalizó la función que constituye un elemento sustancial de la misión de las Aduanas, debilitando mucho más el control y la fiscalización de los flujos de intercambio. Por su parte, en la Aduana argentina, intervenida por la DGI luego del escándalo de la aduana paralela, se está dando una situación muy rara, ya que sin haber eliminado legalmente la institución de los agentes de aduana, se está autorizando a cursar el despacho a los propios operadores, a través de una categoría de “expertos”, que es totalmente subjetiva y arbitraria. Se explica el hecho por las evidencias de extendida corrupción que burló en Argentina hasta la pretendida objetividad del sistema computacional que se había dispuesto.
Recientemente se realizó en Santa Cruz, Bolivia, la reunión periódica de Directores Nacionales de Aduana, y la prensa destacó la voluntad de fortalecer la institución aduanera y el hecho que Bolivia haya optado por un sistema de Aduana tecnificada para la realización del Aforo, eliminando la participación que por años tuvieron las Verificadoras en su sistema.
En estos escenarios, Chile retoma la vanguardia al impulsar su reforma aduanera, que no sólo es un proceso emblemático en la administración pública chilena, sino también una experiencia observada atentamente por otras Aduanas que buscan desarrollar su propia modernización.
Para Economía La Tercera, 20 de febrero de 1997
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