Saturday, December 17, 2005

Menem, la Princesa y el Locro

Realismo Mágico en América Latina:

Menem, la Princesa y el Locro.

10 de Junio 2001

q Conocí a Menem en Chamical, provincia de la Rioja, en 1987. Bordón me dijo: Hernán, te presento al futuro Presidente de la Argentina. Patilludo, con el look de Facundo Quiroga, de zapatos blanquinegros, su imagen petiza en nada auguraba la pinta yuppie de los noventa ni su voltereta populista hacia el neoliberalismo. Hoy se escribe otra carilla para alimentar el realismo mágico, a ritmo de milonga y con olor a locro provinciano.

Menem es un animal político. Como buen árabe, buen apostador. Audacia es el juego, siempre al límite, pretendiendo ser cautivador como Al Pacino en Perfume de Mujer. Apostó a la dolarización, apostó al indulto a los militares condenados por delitos contra los derechos humanos; se alejó de su primera plataforma combativa y dejó atrás sus años de preso político de la dictadura, relegado en Tandil, Provincia de Buenos Aires, donde los vecinos aún guardan recuerdos suyos con su melena, sus patillas, sus patas de elefante y sus dotes de conquistador que obligaban a dejar con cinturón de castidad a las damas del pueblo. Símbolo revolucionario ayer, símbolo del liberalismo duro luego.. Con el decretazo eliminó de una vez todos los subsidios en la Argentina. El Estado se jibarizó, logró romper la presión histórica de los sindicalistas y desnacionalizó las empresas energéticas. Resistió las protestas en la provincias, la clase media argentina cayó en la desesperación.

Gobernó con el estilo de tienda, rodeado de sus amigos y de los no tan amigos. Rompió con el peronismo izquierdista. Se alió con Alsogaray, su histórico adversario. Le abrió el espacio económico a Domingo Cavallo Se recuerda que puso a cargo del aeropuerto de Ezeiza a su cuñado, que apenas hablaba el español y que fue sorprendido autorizando el ingreso de maletas llenas de dinero. Logró superar las vallas de las internas, desbancó a sus enemigos e impuso las reglas para ser reelecto. En algún momento se rompió su matrimonio con Zulema Yoma; en oscuro episodio, su hijo muere en un accidente de helicóptero. Un oscuro manto de tragedia comenzó a cercarlo.

¿Cómo explicar la fastuosidad que comenzó a rodearlo?. ¿Su aeropuerto privado en La Rioja?. ¿Cómo explicar un imperio de gran envergadura a partir de sus orígenes de caudillo gaucho? Los argentinos siempre dicen que el dueño de un gran molino tuvo que hacer polvo a más de uno...

La apuesta de nuevo. El seductor conquistando una mujer símbolo, una ex Miss Universo. Una evidencia hacia el electorado de su vigencia. Un mensaje parecido al que alguna vez Marcos y Pinochet dieron haciendo flexiones ante las cámaras. Junto a la Bolocco, Menem ha sido un mensaje subliminal: aquí me tienen, macho, pintoso, castizo como gallo de la pasión. Argentinos, les queda Menem para rato... La Chechi con su agencia productora a plena máquina, saltaba la cordillera con peinados a lo Evita, calculando, a decir de la farándula, conquistar el corazón de los argentinos, los votos para su marido y para ella el otro reinado: ser Primera Dama.

Sin embargo, el cerco se fue cerrando. En una carrera de película, mientras Cecilia posaba en Para Tí con una estola celeste y blanco con el sol en la cadera y un abogado oportunista la demandaba porque “estaba desnuda debajo de la prenda de angora que representaba la bandera” (¿acaso alguien no está desnudo debajo de su vestuario?), jaque a la reina..., el fiscal iba tumbando una en una las piezas en torno al rey. El novio nervioso. Vino el matrimonio a la carrera, sin piquitos, sólo besos al aire o en la mejilla; un almuerzo que quiso ser modesto y populachero para que no hablaran, causó el efecto contrario. Todo esto en un tráfago acelerado, contra reloj. Algunos pensaron que Chechi estaba embarazada y de ahí el apuro. Lo real es que el tiempo se acababa porque venía la cita con la justicia. ¿Jaque Mate?

El contrabando de armamento a Croacia y a Ecuador registra la falsificación de tres decretos. Que fueron firmados por varios ministros, incluido Domingo Cavallo, quien ejerce hoy como Superministro de la Crisis en el gobierno de De la Rúa. Son situaciones complejas, hilarantes de pronto, con una danza de millones como telón de fondo. Quizás una comedia liviana que podrá guionizarse como futura teleserie regional.

En la globalización, con ese realismo mágico que supera lo literario, suena la música esa del rodar y rodar, cantada por el capicúa Menem, pero exactamente al revés: “Sé muy bien que estoy adentro... pero ¡sigo siendo el Rey!”.

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